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PEDAGOGIA Y CURRICULUM WALDORF

La pedagogía Waldorf, fue creada en Alemania por el filósofo Rudolf Steiner en el año 1919 y hoy constituye la alternativa pedagógica con más presencia a nivel mundial. Ésta pone especial énfasis en el desarrollo armónico del ámbito del hacer, del sentir y del pensar, teniendo como centro al niño constituido por sus facultades físicas, anímicas y espirituales que llega al mundo con una misión, la cual debemos acompañar para que el día de mañana pueda desplegarse en libertad. 
La pedagogía Waldorf reconoce el desarrollo del ser humano a través de septenios, en los que se producen las transformaciones y evolución hacia la propia individualidad y posibilidad de auto-conocimiento, en pos de una vida en resonancia con el mundo y el cosmos. 

SEPTENIOS

PRIMER SEPTENIO (0 a 7 años)

Durante el primer septenio, del nacimiento a los 7 años, vemos al niño cobijado aún por sus padres, interactúa con su entorno y va aprendiendo de la experiencia. Es el período en que su aprendizaje es a través de la imitación. Confiado y seguro se entrega al mundo; para él/ella, el mundo es Bueno y asimila todo lo que le ofrece.
En este septenio son fundamentales los ritmos y el libre despliegue de la voluntad; brindándoles una vida ordenada que les dé seguridad, a la vez que la libre expresión en el movimiento y el juego, delicadamente cuidado por los adultos, favorezca el sano desarrollo de sus órganos en formación.
Dado que el aprendizaje en esta etapa se da a través de la voluntad y la imitación, es de suma importancia que el ambiente que rodee al niño/a sea noble, tanto en lo material como en lo anímico, que viva rodeado de materiales naturales, en un espacio acogedor de calor y contención. 
La actividad escolar se llevará a cabo en una “réplica” del trabajo doméstico, realizando con seriedad labores cotidianas; tendrá espacios de juego libre dentro y fuera de sala, facilitando el movimiento que permita el desarrollo de sus sentidos volitivos y corporales.
Un momento de gran alegría cada día, es la narración de cuentos tradicionales que contienen la sabiduría del ser humano y su destino. 
Acompaña estas actividades una constante vida musical de canciones y rimas. 
En respeto a la natural disposición del niño al aprendizaje en la forma descrita, no se apela durante este septenio a ningún contenido que desvíe las fuerzas formativas hacia el pensamiento intelectual, el que podrá encontrar en su momento, una base sólida para su despliegue libre y coherente si el niño/a ha podido crecer y conformarse sanamente en su primer septenio.
En los colegios Waldorf, los niños/as de este primer septenio asisten a un grado común, entre los 3 y los 7 años (Kínder). No hay divisiones de niveles educativos medios ni de transición (medio mayor, Pre Kínder ni Kínder). Se da la vida “familiar” entre niños/as de diferentes edades que juegan y trabajan colaborativamente compartiendo los más grandes con los más pequeños.
El primer septenio termina con el cambio de dientes, cuando el niño/a ya ha formado un cuerpo físico propio y está preparado para dirigir sus fuerzas formativas hacia otra esfera de su desarrollo.

SEGUNDO SEPTENIO (7 a 14 años)

Durante el segundo septenio el niño/a transita hacia la adolescencia. Vivirá grandes cambios en su cuerpo y en su vida anímica. Poco a poco se irá separando de ese cobijo de los padres aumentando su interacción individual con el mundo.
Los niños/as sienten un gran anhelo de aprender, si bien aún en los primeros años mantienen gestos de imitación, cerca de los nueve, sentirán que el mundo es algo aparte y a veces duro. En esta etapa es importante procurar la experiencia de que el mundo es Bello, y que es un buen lugar para vivir. Con ello, al crecer, podrán levantar los ideales que les inspiren a hacer algo por el mundo.
En este período, el niño que inicia su vida escolar, tendrá un maestro o maestra que lo acompañe en este proceso de descubrir el mundo. Las clases se organizan rítmicamente de modo que haya instancias de concentración y expansión, permitiendo un ritmo de respiración entre las actividades. 
La jornada se inicia con una “clase principal” en la que se alternan los contenidos de matemáticas, lenguaje y conocimiento de alrededores en ciclos de dos a tres semanas. En ellos, se entregan los contenidos de manera imaginativa, incentivando la creatividad y desde actividades experienciales y artísticas. Se incorporan luego clases de idioma extranjero, movimiento, euritmia, instrumento musical, carpintería y otras. 
El hilo central del ciclo de básica, son las narraciones que cada día el o la maestra/o relatan en la clase principal. Ellas resuenan en el alma del niño/a acompañando cada etapa de su desarrollo físico y anímico. El aprendizaje a través de la vida práctica y la actividad artística favorece que al término de este septenio, el niño/a pueda desplegar su capacidad de pensar para su desarrollo en el siguiente septenio. 

JORNADA DIARIA, ORGANIZACIÓN MENSUAL Y ANUAL

En la pedagogía Waldorf es fundamental el respeto por los ritmos y los espacios en la infancia, es por esto, que las jornadas están programadas para llevarse a cabo durante la mañana, en modalidad de media jornada, y así dar el espacio necesario, para que el niño viva en su interior todas las imágenes y procesos que experimentó en la escuela durante la mañana, sin sobrecargar las actividades escolares, y fomentando auto disciplina y el trabajo de la memoria en el segundo septenio.  Por lo anterior, también recalcar que la puntualidad es una cualidad fundamental en este contexto educativo, el cual debe cultivarse desde preescolar. 
En relación a la organización temporal anual, dividirá su año académico en trimestres, favoreciendo el desarrollo de las actividades acorde al ritmo de las estaciones del año y otras festividades que se celebran en la pedagogía Waldorf. 
La jornada anual se extiende desde marzo a diciembre con pausas pedagógicas entre trimestres.

EVALUACIÓN DEL ALUMNO

En la Pedagogía Waldorf las evaluaciones de los niños se realizan a través de la observación. La/el maestra/o principal y los/las complementarios desarrollan un seguimiento particular y acucioso de cada niño/a. Los apoderados son informados del desarrollo de su pupilo a través de entrevistas y un informe anual. Los niños/as no son sometidos a pruebas ni evaluaciones con notas, respetando así, el ritmo de aprendizaje y avance de cada niño/a y apoyándolo/a de la manera que cada cual necesite, sin estandarizar los avances y evitando el estrés innecesario de someterlos a evaluaciones y competencia cuando recién despiertan al mundo del conocimiento. La competencia se erradica de las actividades académicas diarias, puesto que la pedagogía Waldorf se basa en una actitud colaborativa entre los seres humanos, y no competitiva, que será semilla para el desarrollo de una vida social fraterna. 

La mayoría de las Escuelas Waldorf en el país (y en el mundo) representan organismos de educación libre sin reconocimiento del Ministerio de Educación, es por ello que, para la convalidación de los años cursados, las familias que deseen pueden inscribir a sus hijos e hijas en la opción de exámenes libres. Dicho proceso se desarrolla sin inconvenientes en Chile, debido a la libertad de educación y a todas las instancias de convalidación que existen; en este proceso el colegio otorgará su apoyo y acompañamiento. 
En general, se espera completar todo el ciclo de educación básica, para luego en una sola instancia, convalidar toda su formación. De este modo se da libertad al currículum Waldorf, para entregar los conocimientos a sus alumnos de acuerdo a su etapa evolutiva, y según las directrices de esta pedagogía. Cabe señalar, que los contenidos curriculares hasta 8º básico son equivalentes a los del currículum ministerial, solo que entregados en diferentes momentos y con otra metodología. 

Por todo lo previamente descrito, los esfuerzos realizados en la Escuela, por respetar las etapas evolutivas del niño, deben tener una concordancia con lo que alumno recibe y vivencia fuera del horario escolar, y principalmente en su hogar. El uso de tecnologías/pantallas en los dos primeros septenios es significativamente perjudicial para el desarrollo sano del niño, y la familia debe tener una actitud activa en la protección de su pupilo. La escuela se compromete a dar las instancias y estar abierta, para que los apoderados puedan acercarse y entender la propuesta de la Pedagogía Waldorf, y de este modo acompañar el desarrollo de su hijo/a.
 

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